sábado, 25 de mayo de 2013

Dm. Am. Em. F.

Hoy, echo de menos el mar. Será su sonido, será su color, será su inmensidad, será puerta de libertad y será que todos somos un poco como él. I'm a mountain, I'm the sea, en palabras de escocés. ¿Y esta conclusión? Será que viene y va.

¿Y si fuese la tierra la que se acercase permanentemente al mar? Nadie lo ha desmentido públicamente. Entonces, ¿qué sería el mar el día que la tierra dejase de querer acercarse a él? Tras tanto tiempo de visitas efímeras, pero que dejan su pequeña marca, difícil sería que se quedase de olas cruzadas. Ese día, el mar se quedaría enteramente como un plato, a falta de ojos. Le quedarían los barcos que lo surcan sin su permiso. Sería compañía agradecida, sin duda. 

Pero la pregunta de si sería suficiente bañaría todo su ser, si eso tiene algo de sentido. Decía Jung que la mente no se rige por lo que está bien o lo que está mal, sino por lo que le parece que tiene sentido y lo que no. Casualmente, una corriente logró la sinapsis entre dos medusas del mar, de forma más inconsciente que queriendo. El resultado fue devastador, se acercó a la tierra, de forma inmediata, inminente, desmedida. Tanto era lo que había sido arrebatado, que la lucha por el recuerdo impidió medir la magnitud de la respuesta. La tierra sufrió, y levantó barreras. Mitología for dummies (y recalco lo de dummies). 


El mar se prometió, o eso creyó él, que no se dejaría llevar, que solo sería más pasional cuando la luna le condenase con esa atracción irracional que ejercía con su cara tuerta. A pesar de todo, al poco se vio volviendo cada día a la orilla, de forma obstinada y alegre. Con la esperanza de que un día la tierra hiciese un movimiento una vez más, que tirase una línea de ladrillos de la muralla.

Quizás casualmente, de nuevo, inesperadamente, la tierra se adelantó a la llegada habitual del mar. Qué bonito. El resto de la historia es inútil contarla. Basta con decir que un tío listo dijo -venga, va, otro cameo, tírate más el rollo- otra vez, que loco es aquel que hace lo mismo esperando lograr un resultado distinto. Desde entonces el mar...